viernes, 23 de marzo de 2012

El maíz transgénico y sus peligros

La más grave es que las grandes compañías transnacionales se están apoderando del patrimonio genético de los mexicanos, vía la introducción de transgenes patentados,  con el propósito de privatizarlo. Si los empresarios agrícolas caen en la trampa de creer que aumentarán sus rendimientos/ingresos, pronto se enfrentarán con algunos de estos escenarios:
1.     Baja de precio del grano en caso de por sobreproducción.
2.     De acuerdo con datos de ANEC, México es el principal productor de maíz blanco en el mundo. La coexistencia del maíz blanco y el transgénico no es compatible, ya que el blanco que se produce es para consumo humano y al contaminarse con transgénico se deprecia a maíz forrajero, teniendo pérdidas de hasta 8 mil millones de pesos por año.
3.     Que, como es factible, el maíz no se considere la mejor opción para generar agrocombustibles y se queden “colgados” los empresarios agrícolas que reconvirtieron sus sembradíos ante la falsa expectativa de ganar más y tener el mercado asegurado.
4.     Que se desquicie el campo y los mercados de alimentos, como ha ocurrido en Argentina, por volcar todos los recursos a la siembra de una sola planta. Esto traería más hambre, aumento de precios, mayor dependencia económica, pérdida de soberanía, una mayor concentración de la riqueza, y la imposibilidad de autonomía alimenticia de las comunidades campesinas e indígenas.
En el caso de contaminación por transgénicos las consecuencias serían:
1.     Pérdida de los maíces nativos que por milenios han sido adaptados a diversos suelos, climas y humedades. Recordemos que tanto las variedades híbridas como las transgénicas dependen del material genético nativo para ser posibles. Un maíz híbrido pierde sus características de una cosecha a otra, se debilita y necesita de nuevo material que proviene de los maíces nativos.
2.     Imprecisión tecnológica: la imprecisión de la tecnología transgénica es tal, que pueden producirse daños genéticos que deriven en plantas y mazorcas deformes. Hay evidencia de que el polen de plantas transgénicas produce alergias o ciertos  daños fisiológicos. La acumulación en el cuerpo humano podría provocar este tipo de efectos.
3.     El problema de la alimentación es particularmente grave, pues si los productores se inclinan por sembrar maíz para su venta y conversión a agrocombustible continuará la escasez de maíz blanco y se repetirán crisis como las de la tortilla de 2007. Esto sin considerar los daños a la salud humana.
Por último, uno de los mayores riesgos actuales para México y el mundo, es que se contaminen los maíces nativos y la cadena productiva del maíz con transgénicos que producen sustancias no alimenticias y/o tóxicas como plásticos biodegradables, solventes, proteínas de uso terapéutico, antidepresivos, etc. A estos transgénicos se les conoce como biorreactores. Estos transgénicos ya existen en Estados Unidos y otros países, donde se está utilizando mucho al maíz para generar estas sustancias.

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